Salida 7 Octubre 2009

El Eje Peatonal.


1.-Plaza de Oriente.

La Plaza de Oriente está situada en el centro histórico de la ciudad española de Madrid. Se trata de una plaza rectangular de cabecera curvada, de carácter monumental, cuyo trazado definitivo responde a un diseño de 1844 de Narciso Pascual y Colomer, heredero de varios proyectos anteriores. Uno de sus principales impulsores fue el rey José I, quien ordenó la demolición de las casas medievales situadas sobre su solar.




Está presidida por dos de los edificios más relevantes de la capital: su contorno occidental lo delimita el Palacio Real y el oriental el Teatro Real. Su cara norte la conforma el Real Monasterio de la Encarnación, al que le fue expropiado el Huerto de la Priora para integrarlo dentro de la plaza.

Además de los citados edificios, esta plaza monumental alberga diferentes jardines histórico-artísticos y una colección escultórica, en la que destaca especialmente la efigie de Felipe IV, obra del siglo XVII de Pietro Tacca. Está considerada como la primera estatua ecuestre del mundo sujetada únicamente por las patas traseras del caballo.

Monumento a Felipe IV:
La estatua ecuestre de Felipe IV es de bronce y está dispuesta mirando hacia el este, esto es, hacia el Teatro Real. Fue ejecutada entre 1634 y 1640 por el italiano Pietro Tacca (1577–1640), al cual le enviaron como modelos dos retratos del rey pintados por Velázquez, uno a caballo y otro de medio cuerpo. Fue fundida en Florencia (Italia).

El escultor contó con el asesoramiento de Galileo Galilei para que el caballo que monta el monarca pudiese mantenerse exclusivamente sobre sus patas traseras. La solución dada por el físico consistió en hacer maciza la parte trasera y hueca la delantera. Se trata de la primera escultura ecuestre del mundo con esta disposición.

Estatuas de los reyes españoles:
La plaza alberga una colección escultórica de veinte reyes españoles, correspondientes a cinco visigodos y a quince monarcas de los primeros reinos cristianos de la Reconquista. Estas estatuas, realizadas en piedra caliza, se distribuyen en dos hileras, que surcan el recinto en dirección este-oeste, a ambos lados de los jardines centrales.

Teatro Real:
El Teatro Real, situado en la parte oriental de la Plaza de Oriente, es, junto con el palacio, el edificio que más ha condicionado el trazado final del recinto.

La decisión de construir un coliseo, en el solar del antiguo teatro de los Caños del Peral, fue tomada por Fernando VII en 1817. En su diseño, el edificio se concebía como el punto de referencia de una plaza porticada, proyecto que fue abandonado cuando las obras iban ya muy avanzadas, dado que desentonaba con la estética del conjunto.

En 1836, Isabel II ordenó derribar los edificios del contorno de la plaza y en 1850 dio un nuevo impulso a las obras del teatro, después de varios años de paralización por dificultades económicas.

El Teatro Real se inauguró oficialmente el 19 de noviembre de 1850. Ocupa una planta hexagonal irregular, a cuyos lados norte y sur se extienden dos pequeñas calles, la de Felipe V y la de Carlos III, que comunican la Plaza de Oriente con el centro histórico de la ciudad.

Presenta dos fachadas principales: la occidental, que da a la Plaza de Oriente, y la oriental, situada en la Plaza de Isabel II. Su aspecto neoclásico es fruto de la reforma realizada en 1884 por el arquitecto Joaquín de la Concha, que alteró la composición arquitectónica original.

Otras remodelaciones destacadas tuvieron lugar en 1925, en 1942 y en 1988. En esta última, cuyas obras duraron hasta 1997, el coliseo recuperó su función de teatro de la ópera, tras décadas como sala de conciertos.
De Otros paseos por Madrid.

Restos arqueológicos:
Durante la remodelación de la plaza de 1996, se hallaron en su subsuelo diferentes restos arqueológicos, que fueron destruidos en su inmensa mayoría, entre ellos los de la Casa del Tesoro (siglo XVI), sede de la administración de la Casa de Austria. Los únicos vestigios que se conservan corresponden a una atalaya musulmana del siglo XI, que se exhibe en la primera planta del aparcamiento subterráneo construido durante la reforma.

Este torreón fue integrado dentro de la muralla cristiana de Madrid, como una torre albarrana, cuando la ciudad fue conquistada por la Corona de Castilla, a manos del rey Alfonso VI. Era conocida como Torre de los Huesos, por su proximidad con un cementerio islámico.

Se localizaba a extramuros, sobre el barranco del arroyo del Arenal, que cerraba por el noroeste esta zona de la ciudad. Tenía como fin la vigilancia de todo este sector, así como de la cercana Puerta de Valnadú, uno de los accesos de la muralla cristiana. De planta cuadrangular, su aparejo es de mampostería, con algún sillar en las esquinas, en piedra caliza y en sílex.

2.- Plaza de Isabel II